Se hizo imprescindible sin quererlo, que es algo como muy navarro. El ‘hemos estado ahí’ de Induráin, sin darse importancia, después de ganar cinco tours de Francia seguidos.
¿Y los silencios cómo se compran? Con dinero, como todo en esta vida, amigo contribuyente. Lo que pasa es que en este caso no con el suyo particular sino con el de todos, con el presupuesto público, ya sabes, eso que te dicen que es para sanidad y educación, fachita.
Si eres de izquierda puedes hacer lo que te plazca con tus posesiones, sin dar cuenta a nadie, incluso lo contrario de lo que exiges a la sociedad desde tu ideología.
Yo sé que es lo que te conviene, dice sobre todo la izquierda, que es que pertenezcas dócil a un sistema y en un sistema del que primero vivo soy yo, diseñándolo, cobrando sueldos, subvenciones, haciéndote trabajar para quitarte a impuestos cada vez más salvajes.
Es lo que hay cuando tus gobiernos solo persiguen no hacer sombra económica a la Comunidad Autónoma Vasca, tierra matriz de los partidos regionales aberchándales que mandan en la Navarra de la títere Txibite.
Normal que los sindicatos se queden solos. Normal que ya no les hagan caso ni el Tato. No es únicamente que estén alejados de la calle, es que están peleados con la realidad.
Al final, al único que le va a penalizar políticamente su relación con ETA es a Ortega Lara. Les tendrá que pedir perdón a los aberchándales, la izquierda está a un solo paso de escupírselo, por dejarse meter en un zulo durante más de un año.
El servicio de recogida de basuras en Pamplona funcionaba perfectamente hasta que los satélites del partido de la eta se han gastado millones de euros en cambiarlo.
Navarra no tiene la necesidad de estar llorando cada segundo, característica suprema del aberchándal, por un pasado que no ha existido, nosotros miramos porque podemos de tú a tú a la historia de España, porque la forjamos.
El gobierno subvenciona todo tipo de sandeces, pero es incapaz de mantener a cero una lista de espera tan sensible como la de las personas dependientes que solicitan ayuda.
Tienen ya tal cisco en la cabeza, intentan casar la idea de que el reino de Navarra ahora es la república vasca, que a sus boronicos se les cortocircuitan las poquitas neuronas que hacen eco en sus cráneos y ya no saben si mostrar orgullo por reyes, historia, batallitas... o combatirlas.
De la mano de mi abuela recuerdo haber ido feliz con mi palma, agitándola mientras veíamos el paso de la entrada de Jesús en Jerusalén que, desde el palacio episcopal hasta la catedral, avanzaba majestuoso.
Mientras Ayuso baja impuestos para que los madrileños vivan mejor, en Navarra Txibite y sus aberchándales los suben, no solo a las personas sino también a las sociedades, para no perjudicar a la Comunidad Autónoma Vasca.
A Zelenski Guernica le da igual. El presidente de Ucrania en todas sus apariciones lanza un chascarrillo local intentando conseguir mayor empatía con sus oyentes para lograr un compromiso más sólido.
Y llegó la korrika de los aberchándales y volvió a ser lo de siempre, una carrera siniestra a favor de la muerte en la que en Navarra participó hasta el presidente del parlamento foral.
Sánchez ya sólo se pasea por España como el papa Clemente del Palmar de Troya, en andas, a metro y medio del suelo, en éxtasis místico, como si su sola presencia ya hiciera mejorar las cosas.
Esa es toda la acción transformadora de Sánchez, a ese truco fía su supervivencia política, planes siempre ambiciosos que no se concretan nunca en nada y adquirir compromisos.
No te justifiques, coño, si se la metes pues se la has metido, que no hay justificación posible que arregle el asunto. Que cada uno se haga cargo del final abierto de la hostia, hombre.
El socialismo en el que milita Txibite es una ideología que a lo que se dedica es a robar el dinero de la gente para luego espolvorearlo sobre los que ella decide.
Dos años llevamos con una sociedad suspendida en el tiempo. Dos años tirados por el retrete. Dos años que no han servido para nada que no sea retraernos en nuestras entrañas, interiorizar la mediocridad y matarnos un poco más en vida.
Hay personas que se quedan atrapadas en un tiempo y ya no pueden hacer nada porque siempre estarán encadenados a él. Hemos perdido el tren y nos quedamos en el andén del Covid esperando nadie sabe el qué.
Qué bonita Navarra tenemos. Tierra de diversidad, como reza el absurdo mantra publicitario turístico, porque si algo no es Navarra es diversa, que siempre es la misma historia de mierda. Unos ponen la cara y otros, los de siempre, se la parten, encapuchados y en manada.
Con un décimo de lo que gastan las ong's, cualquier grupo de monjitas multiplican por 100 la capacidad operativa de esas empresas semi públicas/semi privadas de la izquierda.
Los peluches cruzando escombros, de colores vivos como una antorcha en la oscuridad, como un arco iris en mitad de un desolado paisaje gris, marrón, negro. Qué pocos colores tiene la guerra.
Mientras Ayuso salvaba la economía de las familias madrileñas pelando para que los trabajadores pudieran dedicarse a trabajar, Txibite machacada indiscriminadamente a la hostelería hasta arruinarla cerrándola de una forma absurda y descontrolada.
Apenas sabemos nada de las cosas. ¿Qué sabes de mi país, Rusia? Preguntó hace años a una candidata a miss España el embajador que hacía de jurado. La joven se puso nerviosa y no dijo gran historia... yo aún habría podido decir menos.
Para Podemos dejarse vencer, bajar los brazos y no defender ni tu casa ni a tu familia, permitir que un psicópata te mande a Siberia o directamente te fusile -la guerra a la que les somete Rusia-, es la fórmula para encontrar la paz.
Desconcertado Remírez y su jefa Txibite ya nos anunciaron hace unas semanas que esta santa alianza que tienen con estos grupos que apoyan siempre a los crimínales ha venido para quedarse.
Si ayer estaba a favor de la política de meterle bocados a territorio ajeno, incluso se fueron allí etarrillas hace unos años para pegar tiros a favor de que Putin desgajara territorios de un país soberano, hoy ya no les hace tanta gracia que un país se coma a otro.
Al alcalde aquel que padecimos en Irroña del partido de la eta le dio por solucionar el asunto de las agresiones sexuales con un gesto: forró las entradas de la ciudad con carteles metálicos.
Quien controla la Hacienda de la que salieron los datos fiscales -confidenciales, recordemos, y robarlos es un delito penado con carcel- es una institución gobernada por el PSOE.
Si tenéis algo contra mí, al juzgado, y si no, a la mierda vosotros, intrigantes, malmetedores, conspiracionistas de chichinabo, plomeros trapicheadores inútiles, que ni montar una conspiración contra mí sabéis.
Al gobierno le va bien todo este clima desquiciado. Este martes salió el dato de la inflación disparada al 6,1%. La electricidad con respecto a enero pasado sube un 46%, el diésel un 25% y la gasolina un 23%. Y ni media protesta.
Ultraderecha ya solo significa en España oponerse al Psoe y sus pactos con el partido de un grupo terrorista, con un partido golpista -xenófobos ambos- y con un partido populista barra bolivariano barra comunista barra desbarra en la barra del bar.
Como no tenía suficientes problemas en la vida me he buscado otro. Aprovechando que se cumple el centenario de su publicación, me he puesto a leer el Ulises de James Joyce.
Mañana jueves podremos prescindir de las mascarillas en la calle menos de una semana después de que se ratificara su uso, también en exteriores. Le ha torcido las antenitas al virus él solo.
El nacionalismo vasco no es que sea xenófobo, que también, es que su piedra angular, su cimiento más profundo, su razón de ser, su origen es el racismo más recalcitrante que podamos encontrar.
A mí los lunes me gustan, lo que no me gusta es madrugar. Empezar un lunes a las doce de la mañana, once o diez... incluso nueve no es tan desagradable.
Conseguir que toda una sociedad se ponga la mascarilla por la calle de forma inútil, sin que nadie proteste, sin que haya un motín y lo saque a gorrazos de la Moncloa es de ser un genio.
Incluso si el aroma del personaje no te interesa, no puedes dejar de saborear el sonido en el que orbita, la atmósfera del bar en el que nos lo relatan.
Saldremos a gritar como el niño que un día fuimos, que siempre añoramos volver a ser, para calentarnos un poco el alma húmeda de estos tiempos tan chuscos. Y eso es todo.
Estas cosas sabemos cómo empiezan, unos señalan, muchos, todos... sube la espuma, continúan las amenazas, muchas, todas... y a ver si alguno se anima a traspasar la línea del acoso por algo mucho más grave.
Para los vascos fetén el trabajo, la pasta, los sueldos... y la papilla ideológica fanática para Navarra. Que se jodan, se escucha ya en los despachos de las sedes vascas de esos partidos.
¿Hace cuánto que la izquierda ya solo se dedica a las sandeces?, me dije antes de seguir leyendo, asqueado de tanta soplapollez, nunca mejor traído el término.
Hoy todo está donde ya no está. Hoy hace como mínimo 20 años de todo lo que ya no está. Hace 20 años que tengo 20 años que cantaba Serrat. ¿Cuándo dejamos de hacer cosas por primera vez? Hace (más) 20 años que somos nostalgia.
Propongo la creación de una coordinadora aberchándal contra el meteorito, por fachita cabrón, y hacer manifas en las rotondas cada jueves, gritando meteorito no kalerá o algo así.
Esta hornada de políticos que ha parido el PSOE nafarroano del siglo XXI: Txibite, Coronalzórriz, Santos Ídem... ya no son mi malos, (...) estos solo son cutres.
La PSOE solo se habló de la PSOE, con mucho aparato, mucha tele, mucha electricidad y mucho consumo, que si algo hace un socialista de forma magistral es consumir de forma desaforada.
Mientras esperamos nos revienta el día a día con el recibo de la electricidad y los combustibles más caros de la historia, que esos no esperan, que esos nos los hace comer este PSOE cada mes, religiosamente.